Experiencias
(percepciones, opiniones y vivencias)
Conocía el mindfulness por textos, videos y experiencias de otras personas… Siempre me pareció muy interesante y en línea con mi manera de sentir, pero hasta que no hice el curso no llegue a entender su eficacia.
El curso llegó a mi vida en un momento en el que el trabajo me superaba, sentía que una faceta de mi vida dominaba al resto. Mis pensamientos, mi energía, mis ganas, mis ilusiones… todos y cada uno de mis pensamientos se veían afectados.
Necesitaba cambiar mi forma de enfrentarme a situaciones nocivas y a personas que dejaban marcas dañinas en mi vida.
El curso me ayudó a saber qué es lo importante para mí, a qué prestar atención y qué dejar fluir; a quererme, a cuidarme y a darme las gracias varias veces al día. Este amor dirigido hacia mí misma me hace arropar y cuidar más, y mejor, a mi familia, a la gente bonita que me importa.
Ahora intento disfrutar cada paso que doy, cada respiración, cada abrazo y cada momento, dedicándoles toda mi atención.
No es fácil, no voy a mentir. Cuesta. Hay que practicar mucho y cambiar costumbres. Yo solo me estoy acercando, dando mis primeros pasos, pero veo resultados. Soy más feliz y mi entorno también.
El maestro que te guía en esta comprensión, que te hace “ver”, es fundamental. Con Iván se estableció una relación de confianza de tal grado/magnitud que en cada sesión le daba mi mano y decía: ¿Dónde vamos hoy Iván? “Él guía”. No, esa no sería la expresión. Es más sutil… “Ilumina”, esa es la palabra. Él ilumina el camino para que tú lo andes, para que lo experimentes. No es cuestión de fe, es cuestión de vivir, sentir y respirar cada día consciente de ello.

Paréntesis © 2019. Todos los derechos reservados.